La duración media de un implante de pecho está entre 10 y 20 años, aunque hay casos de pacientes que mantienen sus prótesis en perfectas condiciones durante más tiempo. La clave está en varios factores: el tipo de implante elegido, la calidad del material, la técnica quirúrgica, los cambios que experimente el cuerpo a lo largo de los años y la aparición de posibles complicaciones.
Conocer toda esta información es muy importante para estar preparada para un futuro recambio si fuera necesario, por lo que vamos a ver todos estos factores.
Factores que influyen en la duración de un implante de mama
Lo primero es tener en cuenta que los implantes de mama no se comportan igual en todas las pacientes. Dos mujeres con el mismo modelo de prótesis pueden tener experiencias muy diferentes a lo largo del tiempo. Esto se debe a que la durabilidad depende de un conjunto de factores que ahora os voy a detallar.
Tipo de implante
Existen diferentes tipos de implantes según su relleno y su forma. Los más habituales son los de gel de silicona cohesivo, que ofrecen una apariencia y un tacto muy natural, además de ser más resistentes que los de generaciones anteriores.
También están los de solución salina, pero se usan menos porque efectivamente, su duración es menor. Como ves, la elección del tipo de implante influye directamente en cuánto dura un implante de pecho. Por lo tanto, si os dan a elegir, escoged siempre los de silicona.
Calidad del implante
No todos los fabricantes utilizan ni la misma tecnología ni los mismos controles de seguridad. Los implantes de marcas reconocidas, avaladas por estudios clínicos y con homologaciones internacionales siempre van a ser mejores. Ya te adelanto que esto puede marcas la diferencia entre tener que cambiarlo a los 10 años o mantenerlo en perfectas condiciones durante 20 años o más.
Técnica quirúrgica
Cada cirujano tenemos una técnica distinta, y aunque todas son bastante seguras algunas si te pueden ayudar a que el implante dure más. Una correcta creación del bolsillo mamario, el uso de instrumentos adecuados y una colocación precisa minimizan el riesgo de complicaciones como el desplazamiento o la contractura capsular. Por ejemplo, con la técnica vía axilar para un aumento de pecho se tiene una recuperación postoperatoria más rápida a la vez que su duración es mayor.
La experiencia del cirujano plástico es, por tanto, un factor decisivo para aumentar la vida útil del implante.
Envejecimiento
La piel pierde elasticidad, los tejidos se modifican… y aunque los implantes estén intactos estos cambios naturales pueden hacer que el pecho ya no se vea igual que en los primeros años. En ocasiones, esto lleva a la paciente a plantearse un recambio de prótesis mamarias o un retoque, no porque el implante esté dañado, sino porque el resultado estético ha variado con los años.
Cambios de peso
Un cambio de peso afecta directamente a la piel y a la forma del pecho. Un aumento brusco puede estirar los tejidos y un adelgazamiento repentino puede dejar la piel más flácida. Esto como tal no va a dañar el implante, pero sí influye en el resultado estético y de hecho, puede llegar a cambiar ligeramente la ubicación de los implantes.
Como resultado, puede acortar un poco la percepción de «duración satisfactoria», por así decir, del aumento de pecho.
Complicaciones
Las complicaciones son poco frecuentes, pero pueden aparecer en cualquier momento, y generalmente son estas dos:
- Rotura o desgarro del implante. Los implantes modernos han mejorado muchísimo su duración, pero su rotura es posible tras un traumatismo o simplemente se han desgastado con los años.
- Contractura capsular. Es como un rechazo del implante, ya que crea una cápsula alrededor de este. En algunos casos, esa cápsula se contrae en exceso, generando dureza, dolor y deformidad en el pecho.
En estos dos casos, es necesario sustituir el implante antes de lo previsto.
¿Cada cuánto hay que cambiar la prótesis del pecho?
Durante mucho tiempo circuló la idea de que los implantes debían cambiarse obligatoriamente cada 10 años sí o sí. Hoy sabemos que eso no es cierto.
Lo que recomiendo actualmente es no establecer una fecha fija, sino realizar revisiones periódicas con tu cirujano plástico cada 1 o 2 años con pruebas de imagen (ecografías o resonancias magnéticas) para comprobar el estado de las prótesis. Si los implantes están en buen estado y no existen complicaciones, no es necesario cambiarlos a los 10 años de forma preventiva. Muchas mujeres mantienen sus implantes durante 15, 20 o incluso más años sin necesidad de recambio.
Por eso, cuando nos preguntamos cada cuánto hay que cambiar la prótesis del pecho, la respuesta es cuando exista un motivo médico o estético que lo justifique, por ejemplo:
- Las complicaciones que hemos comentado antes: contractura capsular, rotura o desplazamiento del implante.
- Deseo de modificar el tamaño, ya sea para aumentarlo o reducirlo.
- Antigüedad de los implantes. Aunque no haya complicaciones, pasado un cierto tiempo algunas pacientes optan por cambiarlos por tranquilidad o para beneficiarse de nuevas tecnologías disponibles.
¿Qué pasa con los implantes después de 10 años?
Después de una década, lo más habitual es que los implantes sigan funcionando perfectamente. Sin embargo, si de normal te hacías la revisión cada dos años, aquí se suele recomendar que sea anual para asegurarse de que todo está en orden.
A los 10 años no significa necesariamente que haya que cambiarlos, pero sí que conviene vigilar de cerca su estado. Una ecografía o una resonancia magnética nos ayuda a detectar posibles microfisuras, roturas o signos de contractura capsular. Si no hay ningún problema, se puede seguir con los mismos implantes sin necesidad de ninguna cirugía. Si aparece alguna alteración, ya se puede valorar lo que hacer al respecto.
Conclusión sobre cuánto dura un implante de pecho
Los implantes de pecho no tienen fecha de caducidad fija. La media de duración está entre 10 y 20 años, pero factores como el tipo y la calidad del implante, la técnica quirúrgica, los cambios en el cuerpo y la aparición de complicaciones determinan el tiempo real en cada paciente.
Lo más importante no es obsesionarse con una cifra, sino acudir a las revisiones, escuchar al cuerpo y consultar a tu cirujano plástico ante cualquier duda. Así, se garantiza no solo la seguridad de la paciente, sino también la satisfacción con los resultados a lo largo de los años.