Reducción de pecho en Zaragoza
La cirugía de reducción mamaria se indica en aquellos casos en los que el peso, el tamaño o el volumen de las mamas es excesivo y desproporcionado para el tamaño de la paciente, lo que ocasiona un problema físico o psicológico.
Mediante incisiones en ancla o en T-invertida se realiza una disminución del volumen mamario, eliminando una cantidad determinada de piel, glándula mamaria y grasa y se redistribuye el parénquima restante con el objetivo de lograr una forma armónica.
General + bloqueo anestésico sensitivo regional.
T-invertida.
14 días.
1 día.
120 minutos
No.
1 mes.
¿Cuándo someterte a una reducción de pecho?
Las personas que deciden someterse a una reducción de pecho están tomando un paso muy importante. Y es que, aunque muchas pacientes buscan esta cirugía por una razón estética, otras también lo hacen por salud. Si por ejemplo sufres de un dolor constante en los hombros, espalda, o cuello, una reducción de mama puede ser lo ideal.
Otros motivos por los que mis pacientes me piden esta operación son:
- Problemas con la postura, que también lleva al dolor de espalda o cuello.
- Dificultad para hacer ejercicio.
- Simplemente no estás conforme con el tamaño actual.
- No puedes utilizar la ropa que quieres.
Consideraciones sobre la reducción de mamas
Hay alguna consideración que debes tener en cuenta, sobre todo después de la operación, cuando toque volver a la rutina. Para un ámbito laboral normal, podrías volver después de unos diez a catorce días. Esto depende de la cicatrización de las heridas y del tipo de trabajo.
Para volver a hacer ejercicio, lo mejor es esperar unos meses, cuando se considere que la cicatrización es correcta y se determine que el paciente está recuperado por completo. También hay que tener en cuenta que se puede perder la sensibilidad temporalmente, recuperándola conforme pasan las semanas. En el caso de mamas de gran tamaño, puede ser permanente.
Más información
Con una operación de reducción de pecho buscamos eliminar el exceso de grasa, parte del tejido glandular, y la piel para hacer los senos más pequeños, ligeros, y firmes. El objetivo es tener un tamaño y forma del busto que también sea más proporcional al cuerpo de la paciente y que, además, se ajuste a su expectativa estética.
Antes de la operación
Una buena preparación pre-operatorio es fundamental si queremos obtener el mejor resultado. Lo primero es lo primero, evaluaré tu estado de salud, analizaré la forma y tamaño de tus mamas, y te explicaré todos los detalles sobre la cirugía, incluidas las posibles complicaciones y los resultados que puedes esperar. También discutiremos las técnicas quirúrgicas disponibles y la anestesia que se utilizará.
Dependiendo de tu historial clínico, es posible que necesites realizarte algunas pruebas, como análisis de sangre, un electrocardiograma o incluso una mamografía, especialmente si tienes antecedentes familiares de cáncer de mama. Por ejemplo, en caso de ser mayor de 40 años, también se haría un estudio mamográfico previo.
En los días previos a la operación, se recomienda dejar de fumar (si lo haces), evitar ciertos medicamentos que puedan aumentar el riesgo de sangrado, como aspirinas o antiinflamatorios, y seguir las indicaciones médicas que os demos sobre la alimentación y el descanso.
Además, lo más seguro es que te citemos el mismo día de la intervención, por la mañana, para hacer el marcado preoperatorio sin ninguna prisa, así, nos podremos tomar el tiempo que haga falta.
Después de la operación
El postoperatorio es tan importante como la propia reducción de pechos para asegurar una recuperación rápida y sin complicaciones. Por eso, siempre decimos que cuanto más sigáis las recomendaciones del cirujano, mejor irá la recuperación.
Después de pasar el primer día en el hospital, el paciente ya volverá a casa, usando un sujetador deportivo para una mayor comodidad. En un principio, no harán falta vendajes.
En las próximas semanas, vamos haciendo un seguimiento y se irán realizando curas de las heridas. Es normal experimentar algo de dolor y malestar en los días posteriores a la cirugía, pero se pueden controlar con analgésicos prescritos.
El nuevo tamaño de los senos en una reducción de pecho se decide teniendo en cuenta varios factores. En primer lugar, se toma en cuenta la anatomía y proporciones corporales de la paciente para asegurar que el tamaño final esté en armonía con el resto del cuerpo. También se considera el deseo de la paciente, ya que es importante que el resultado estético cumpla con sus expectativas. Durante la consulta, el cirujano plástico evaluará la cantidad de tejido mamario a reducir y explicará cómo se puede lograr el tamaño deseado. Además, se tiene en cuenta la salud de la paciente. El objetivo es encontrar un equilibrio que alivie los síntomas físicos (como dolor de espalda o cuello) y proporcione un resultado estético natural.
La reducción de pecho generalmente se recomienda cuando las mamas han terminado de desarrollarse por completo, lo cual suele ocurrir alrededor de los 18 años. Sin embargo, en algunos casos excepcionales, como cuando hay un crecimiento excesivo de los senos (macromastia juvenil), se puede considerar la cirugía antes de esa edad si el tamaño de los senos causa dolor físico o problemas emocionales importantes. Es fundamental que, antes de los 18 años, la paciente cuente con una evaluación detallada y el consentimiento de un adulto, además de asegurar que esté emocionalmente preparada para someterse a esta operación.
Lo más recomendable es esperar 12 meses después de haber terminado de dar el pecho antes de someterse a una reducción de mamas. Este tiempo es necesario para que los senos vuelvan a su tamaño y forma naturales, permitiendo que el tejido glandular se estabilice. Durante el período de lactancia, los senos pueden estar agrandados debido a la producción de leche, y si la cirugía se realiza demasiado pronto, los resultados no serán los mejores, además de existir un mayor riesgo de que se complique la cirugía.
Los drenajes que se colocan durante una reducción de pecho para evitar la acumulación de líquidos en el área operada suelen retirarse entre 24 y 72 horas después de la cirugía, dependiendo de la cantidad de fluido que se esté drenando.
Evaluaremos la situación, pero lo más común es que se retiren en la primera o segunda cura.
Es posible experimentar una pérdida temporal o permanente de sensibilidad en los senos, especialmente en los pezones, después de una reducción de pecho. Esto ocurre porque la cirugía implica la manipulación y, en algunos casos, la redistribución del tejido mamario, lo que puede afectar los nervios de la zona. En la mayoría de los casos, la pérdida de sensibilidad es temporal, y la sensación suele recuperarse a lo largo de varios meses, aunque en algunos casos puede tardar hasta un año. Sin embargo, existe un pequeño riesgo de que la pérdida de sensibilidad sea permanente, especialmente en mamas muy grandes.